Esta indicado en el tratamiento de dientes con tinciones (manchas y decoloraciones).

Es un procedimiento simple, con apenas efectos secundarios, aunque existen contraindicaciones al blanqueamiento que deben ser valoradas previamente. Existen dos tipos de tratamiento de blanqueamiento:

EL BLANQUEAMIENTO EXTERNO

Es el método más conservador para mejorar el aspecto de los dientes, ya que de una manera muy sencilla se pueden aclarar los dientes, consiguiendo unos dientes más blancos, y por tanto devolverles un aspecto más juvenil y sano. Es un método totalmente inocuo si se realiza bajo supervisión facultativa. Existen dos tipos de blanqueamiento externo:

Blanqueamiento domiciliario

Consiste en la aplicación de un gel blanqueador en una férula transparente, perfectamente adaptada a los dientes, en las que se coloca el gel blanqueador y lo debe llevar durante un tiempo determinado en casa. Este gel penetra a través de la superficie externa (esmalte) y blanquea el interior del diente. El cambio de color será visible desde los primeros días de aplicación y es permanente aunque se pueden producir pequeñas recidivas con el tiempo.

Blanqueamiento en clínica

En casos de una coloración de mayor intensidad se puede realizar el blanqueamiento con luz fría realizándose siempre en clínica dental. La concentración del agente blanqueador es mayor que la utilizada en la técnica de blanqueamiento externo y por ello se deben proteger las encías. Se consigue un blanqueamiento mayor en un periodo corto de tiempo.

EL BLANQUEAMIENTO INTERNO

Consiste en aclarar un diente endodonciado que por distintas causas ha perdido el color original y se ha oscurecido. Es una técnica sencilla y conservadora, con unos resultados estéticos inmejorables, puesto que se preserva intacta la anatomía externa del diente.

Los productos químicos que se utilizan son capaces de filtrarse a través del diente, así el tejido interno sufre un proceso de oxidación, que se traduce en un aclarado. La intensidad del aclarado dependerá de cada paciente.